LOS HOMBRES

Todos los hombres son iguales. Siempre, desde jovencita he opinado de la misma forma, mi hija intentó convencerme de mi equivocación, " No mamita, él no" , Diez años considerándole mi hijo, mi niño querido, pensando que quizá ( ojalá) pudiera equivocarme , casi lo conseguí, habían hombres especiales y yo , tenía la suerte de contar en mi familia con uno de ellos.
Pero, no estoy equivocada , los hombres son como son, distintos a nosotras, más egoistas, viven en su mundo, sus deportes, aficiones, intereses y porque no decirlo, no tienen grandes problemas en dejarse llevar por sus instintos más primitivos .Son así
No podemos cambiarlos, tampoco ellos quieren hacerlo, es lo que hay, como dice Serrat en una de sus canciones " tomame tal como soy, no me digas que crezca, si quieres me subiré a un taburete" no es exactamente de esta forma como lo dice pero sí es la esencia .
Es lo que hay, si les queremos hemos de aceptarlos tal como son, sin intentar cambiarlos ( no se consigue) , no pueden estar eternamente subidos a un taburete,
Un día le conocemos a él , a nuestro yo, (como me decían en casa) y se acabó el buscar, es él, nuestro espíritu nos lo dice, si analizamos ! cuántos defectos tiene! pero no importa, nuestro amor es tan grande que logrará ir suavizándolos. Nos equivocamos, él no considera que tenga que cambiar para nada, ¿ por qué tiene que hacerlo? Cuando nos conocimos era de esa forma y nos enamoramos , pues ya está, además es que pensamos acaso que nosotras no tenemos defectos? y ellos los aguantan verdad? sin intentar que cambiemos ( porque no vamos a hacerlo)
El matrimonio no es una lucha en un ring, es mucho más, uno de los componentes más importantes es el amor, y el amor es sacrificio, amar sobre todas las cosas, a pesar de los defectos, equivocaciones, las pocas alegrias y los muchos dolores. Pero es ir juntos por el camino, aceptándonos como somos el uno al otro, sin intentar cambiarnos , porque si lo hiciéramos no seríamos nosotros mismos, ayudándonos cuando el otro lo necesite, dándonos el calor cuando el otro por sus equivocaciones sienta frío. Un día , para mí el 5 de agosto de 1992 , me sellé por la eternidad con mi marido y mis hijas. fué un día glorioso, pero sólo empezaban las pruebas para mí, han sido muy duras, y no he sabido estar a la altura ( ni mucho menos)
Ahora, cuando él ya no está conmigo, me doy cuenta , Le quiero, desde los 12 años, sí, aún le quiero, He pasado 33 años queriendo que él cambiara, lo único que conseguí fué su alejamiento, no he sabido ser feliz en mi matrimonio, he sido un mal ejemplo para mis hijas y con ello las he hecho sufrir lo que no se merecian. El amor no es eso.
El amor es sentir que el mundo entero está en sus ojos, que llegas a casa cuando estás entre sus brazos, que cuando estáis fundidos en un abrazo sois uno solo, que no hay nada más que vosotros juntos, y que amamos a ese hombre con todos sus defectos y por ellos , como él nos ama a nosotras también con nuestros defectos. Que, si comete una equivocación, por grande que sea , y vuelve a nuestro lado, nosotras estamos ahí, para ayudarle, y si prefiere tomar otro camino, hemos también de aceptarlo , porque a fín de cuentas, él es nuestro yo