Sobre els plaers: Manual de l´optimista

Cuando empecé a leer este libro, estuve tentada en dejar de leerlo porque su autor , en principio, me pareció un señor muy serio, demasiado serio, no teníamos nada en común.
Pero quise hacer caso a mi hija que me dice que al menos lea hasta la pagina 30, y después decida, así lo hice, y tengo que darle la razón.
A medida que iba adentrándome en su lectura, ese señor tan serio me iba pareciendo menos, empecé a sentirme identificada con él en muchos momentos y pensamientos .
Muchas de sus vivencias son parecidas a las mías (Menos los viajes) y me vi doblando hojas para así recordar frases que no quería olvidar.
He traducido algunas del catalán al castellano , pero supongo que en las librerías se podrán encontrar sus libros en varios idiomas.

El viajero verdadero no es el que va de un sitio a otro, sino el que intenta ir un poco más al fondo de él mismo, es decir, de todo aquello que ignora.

Algunos ignoran que llorar no es doloroso, sino que el dolor y la soledad vienen cuando el cuerpo nos pide llorar y no le dejamos. Las penas, reales o ficticias, se han de llorar con la cara bien alta, porque la pena forma parte de la vida, ¿ cómo podríamos llegar a la conclusión feliz que la vida, a pesar de los pesares, es así de bella?.

Mientras queden lágrimas señal que estamos vivos y que la muerte de nuestra extensa familia nos importa mucho más que los gobiernos rotos y los futuros inciertos. Serrat nos está dando la banda sonora de los recuerdos que aún han de nacer. Nos quedan las lágrimas. Aquellas que, por ser de lujo han de ser furtivas, como en la ópera de la vida.